martes, 26 de enero de 2010

Que Manía

Hay que ver que tienen determinados políticos supuestamente formados y educados de este país, como lo son Esperanza Aguirre o Rosa Díez, en enviar a determinados delincuentes encadenados por piernas y cintura a Canarias, Ultramar o África (descartemos ultramar por cuestión de no haber ya colonias españolas en ultramar) a realizar trabajos duros y penosos en beneficio del estado recibiendo a cambio de ello ninguna retribución por un periodo de 30 años salvo que el gobierno considere que estos no son merecedores de honor del indulto. Porque esta a es la definición exacta y precisa de cadena perpetua, según el Código Penal Español de 1870, penúltima código penal en el que se recogen las penas de Cadena, perpetua y temporal, en el siguiente el de 1922 Primo de Rivera prefiera hacer más extensivo el uso del garrote como medida coercitiva. Y desde 1932 desaparece esta pena por inhumana de nuestro ordenamiento, incluso durante el franquismo que la veía más inhumana que el garrote o el paredón.

Es comprensible que familias destrozadas por un asesinato y carentes del más mínimo conocimiento del derecho, reclamen algo que de lo que han oído hablar en prensa y el cine muchas veces. Dejando de lado que las penas máximas en España sean las más largas, pese a no llamarse Prisión Perpetua. Lo que es intolerable es que señoras supuestamente educadas y con dilatadas carreras de políticas profesionales como son las Señoras Diez y Aguirre, esta ultima para más INRI licenciada en derecho que además son jaleadas por sus respectivos partidos, que presumen ampliamente de meritocracía. Bien es cierto que la responsabilidad no es solo suya también lo es de los medios de comunicación y del conjunto de la profesión periodística. ¿No convendría que los medios y periodistas de nuestro país se tomasen un poco en serio la información sobre los derechos fundamentales y no repitiesen como cotorras simples lugares comunes? Lugares comunes que ya inundan los ámbitos más serios de nuestra política y que poco nos falta para que algún ilustrado político profesional, probablemente las dos anteriores, reclame la vuelta de penas ya olvidadas como el extrañamiento.


*Carta Enviada a los Diario Público y El País

jueves, 14 de enero de 2010

Sin Tapujos

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Así sin ningún tipo de tapujo ni voy a decir una cosilla:

El señor de allí arriba Francisco Hernando Contreras (a) "Paco el Pocero" de profesión empresario, es un corrupto, un chorizo, un sinvergüenza, un hijo de puta, y un delincuente. Y solo se merece o bien la deportación (a chafarinas por ejemplo) y la inhabilitación absoluta con carácter perpetuo para: ejercer cargo o función pública, ser empresario, contratar con las administraciones públicas, y ser contratado en régimen de personal de alta dirección o bien una solución a lo chino.

Y si se atreve que me demande.

El autor de este blog expresa de paso su total solidaridad con el Compañero Manolo Fuentes, alcalde de Seseña, víctima del corrupto hijo de puta arriba mencionado.